Cómo aplicar la metodología del Design Thinking a tu empresa

Hola querido lector!!, en el artículo de hoy te traemos un concepto que cada vez más se viene utilizando en las empresas como método de creación de productos: el Design Thinking. ¿Quieres saber qué es? Continúa leyendo.

Qué es Design Thinking

Design Thinking es un concepto que se ha implementado en los últimos años en numerosas empresas ya que se basa en una forma de crear productos pensando directamente en qué es lo que necesita el consumidor, haciéndoles partícipes del proceso de creación.

La fama que ha adquirido en estos últimos se debe simplemente a la innovación y la creatividad, es decir, que las empresas buscan es crear productos que rompan con la monotonía del mercado. Además de que la solución a los problemas de los consumidores está vista como una forma de diferenciarse de la competencia, por lo que este concepto cada vez es más utilizado como un mecanismo de crear productos rompedores.

Se trata pues de una metodología cuya base reside en la creatividad. El objetivo que se pretende conseguir a través de esta práctica es satisfacer las necesidades de las personas mediante el aprovechamiento de las habilidades de los profesionales de tu empresa.

Aunque parezca nuevo, este concepto se lleva implementando muchos años, ya que como su propio nombre indica, hace referencia al pensamiento de diseño. Lo que ha ocurrido es que en los últimos años esto que parece algo únicamente de diseñadores, se ha extrapolado a otras áreas como es la empresarial.

Este concepto ha logrado crear una especie de filosofía alrededor de él, bajo la figura de Tim Brown (profesor de la Universidad de Stanford y CEO de la empresa IDEO), al que podríamos considerar el mayor representante de tal metodología desde que decidió escribir un artículo en la Harvard Business Review en el año 2008.

A partir de este momento es cuando el concepto comienza a crecer y a ser definido con exactitud, identificando su metodología y características para conseguir los objetivos a los que se orienta de manera eficiente.

¿Qué se debe tener en cuenta para aplicar esta forma de trabajo con la mayor eficiencia?

Las emociones de los clientes son clave para afrontar el problema
El problema inicial no es fijo, ya que este concepto pretende enfocar estos problemas de maneras distintas y por tanto puede evolucionar.
Es un concepto global, ya que su premisa básica es aprovechar todas las especialidades existentes dentro de una empresa, de manera que todos los trabajadores tengan oportunidad de plantear sus ideas.
Su práctica permite identificar errores y problemas alrededor de la solución a la que hemos llegado ya que como vamos a comentar más adelante, a prueba de posibles soluciones en usuarios reales arroja mucha información de cómo sería su uso real.
El proceso de creación se enfoca a lo visual (dibujos, esquemas de ideas…)

Si quieres saber más acerca de este concepto aquí te dejamos la conferencia TED de su creador:

Metodología

La metodología utilizada para desarrollar este concepto se centra en 5 etapas clave para lograr los objetivos:

Empatizar

El primero de los pasos que debemos dar es ponernos en la piel de los usuarios. Es necesario que investiguemos las necesidades de nuestro Buyer Persona para poder definir qué es lo que debemos hacer.

Definir

Una vez que hemos recopilado toda la información que necesitamos es muy importante analizarla. Cuando extraigamos las conclusiones del análisis es cuando empezaremos a focalizar cuáles son los problemas y necesidades de nuestro público objetivo.

Idear

Es hora de solucionar los problemas que hemos identificado. En este proceso es muy importante utilizar tanto el pensamiento divergente (aquel que explora múltiples planos y áreas y no encuentra una única solución para un problema) como el pensamiento convergente (aquel basado en una única solución para un problema bien definido). Además de que todos los miembros del equipo deben aportar su visión sobre el problema y las posibles soluciones que vayan surgiendo. Las tormentas de ideas son una buena práctica para encontrar soluciones a los problemas que hemos definido para poder analizarlas todas de cara a encontrar la solución definitiva.

Prototipar

Cuando ya hemos seleccionado las ideas que pensamos que pueden dar con la solución de los problemas, es hora de crear prototipos de productos para poder ayudarnos a visualizar las posibles soluciones. Esta etapa es muy importante, pues se podrán concretar detalles que con una simple idea no visualizada quizás no podríamos identificar.

Probar

El último paso consiste en probar los prototipos con usuarios reales. Así podremos analizar cómo de eficiente resulta nuestra posible solución y los problemas a los que se pueden enfrentar las personas en cuanto a la utilización del producto.

Mediante este proceso que hemos descrito conseguimos que las ideas evolucionen hasta conseguir una solución final a los problemas o necesidades que hayamos identificado.

Conclusión

Esta forma de trabajar no es simplemente una ayuda para cualquier empresa que quiera enfocar sus objetivos de una forma muy distinta a la que tradicionalmente se ha estado practicando, sino que sus ventajas van mucho más allá.

Es una forma de aprender creando, es decir que el proceso por el cual se lleva a cabo esta metodología permite además de aprender acerca de las diferentes formas que puedan surgir para llegar al fondo de un problema (y su solución), te permite aprender sobre tus clientes, algo que es muy importante si quieres que la relación con ellos sea totalmente satisfactoria.

Además de esto, la implementación de este concepto dentro de tu empresa te permitirá ahorrar en costes de creación de productos ya que te permite identificar antes de tiempo los fallos y por tanto ahorrarte el mal trago de tener un fracaso con el cual no puedes volver hacia atrás.

Esperamos que este artículo te haya resultado inspirador para plantearte introducir este concepto dentro de tu empresa, que seguro que te traerá grandes resultados.

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